Un pabellón corresponde a una arquitectura vernácula de origen campesino, donde se criaban y cuidaban pavos y pollos del antiguo fundo Ariztía.

Cada pabellón está constituido por una planta rectangular, con un perfil de rombo. Estos están construidos en su totalidad en una estructura de madera, conformada por gruesos pilares de madera, entra cada pilar se colocaba como una pared de adobillo o adobe. Luego, cada pared externamente poseía un entablado u en otro caso el adobe era pintado por cal. Su techo de planchas de fierro galvanizado es de dos aguas. En una de sus paredes largas se emplazaban unos particulares cajones con tapas, por lo cuales los dueños recogían los huevos que ponían sus aves. Mientras que, por la otra pared descubierta, estaba cerrada por una gruesa acerada malla gallinera y bajo de ella, existía otros cajones denominados “comederos”, donde se vertía el cereal que alimentaba a las aves. En su interior, se colocaban los nidales, abrevaderos, pasadizos y corrales de las aves domésticas. Debido a la gran cantidad de pabellones existentes dieron origen a la localidad y al topónimo de pabellón. Era muy común, para los vecinos el convivir con el gluglutear de los pavos y el cacareo de las gallinas. Actualmente, ciertas parcelas cuentan con algunas de estas rusticas construcciones, a modo de remanentes históricos de esta producción agrícola, que son ocupados en muchos casos como bodega familiar.

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